jueves, 29 de noviembre de 2007

Resolución SRT 1904/2007

Resolución SRT 1904/2007. Sustitúyese el texto del Artículo 197 del Anexo I del Decreto Nº 351/79, en relación con las especificaciones técnicas para la protección de las extremidades inferiores.

Bs. As., 21/11/2007

VISTO el Expediente Nº 0995/07 del Registro de esta SUPERINTENDENCIA DE RIESGOS DEL TRABAJO (S.R.T.), las Leyes Nº 19.587 y Nº 24.557, los Decretos Nº 351 de fecha 5 de febrero de 1979 y Nº 1057 de fecha 11 de noviembre de 2003, las Resoluciones del MINISTERIO DE SALUD Nº 845 de fecha 10 de octubre de 2000 y Nº 823 de fecha 26 de julio de 2001, y

CONSIDERANDO:

Que el inciso d) del artículo 7º de la Ley Nº 19.587 de Higiene y Seguridad en el Trabajo, estipula que los factores que deben ser considerados primordialmente a los fines de reglamentar las condiciones de seguridad en los ámbitos de trabajo son, entre otros, los equipos de protección individual de los trabajadores.

Que, asimismo, el artícul o 197 del Anexo I del Decreto Nº 351 de fecha 5 de febrero de 1979, establece las especificaciones técnicas para la protección de las extremidades inferiores.

Que las Resoluciones del MINISTERIO DE SALUD Nº 845 de fecha 10 de octubre de 2000 y 823 de fecha 26 de julio de 2001, prohibieron la producción, importación, comercialización y uso de fibras de Asbesto (Amianto) en todas sus variedades y los productos que las contengan.

Que en el artículo 197 del Anexo I del Decreto Nº 351/79, mencionado precedentemente, se recomienda el uso de amianto en el calzado de los trabajadores que manipulen metales fundidos.

Que el producto asbesto (amianto) se encuentra prohibido para su uso por una norma posterior, por lo que corresponde proceder a la modificación del artículo 197 del Anexo I del Decreto Nº 351/79. Que en tal sentido, la Dirección de Asuntos Int ernacionales del MINISTERIO DE TRABAJO, EMPLEO y SEGURIDAD SOCIAL (M.T.E. y S.S.) ha solicitado la modificación de la norma en cuestión.

Que el artículo 1º del Decreto Nº 1057 de fecha 11 de noviembre de 2003 —que modifica el artículo 2º del Decreto Nº 351/79—, faculta a la SUPERINTENDENCIA DE RIESGOS DEL TRABAJO (S.R.T.) a otorgar plazos, modificar valores, condicionamientos y requisitos establecidos en la reglamentación y sus Anexos, que se aprueban por el presente decreto, mediante resolución fundada, como así también, a dictar normas complementarias.

Que la Subgerencia de Asuntos Legales de esta S.R.T. ha tomado intervención en orden a su competencia.

Que la presente se dicta en ejercicio de las facultades conferidas por el artículo 36 de la Ley Nº 24.557 y artículo 2º del Decreto Nº 351/79.

Por ello,

EL SUPERINTENDENTE DE RIESGOS DEL TRABAJO RESUELVE:

Artículo 1º — Sustitúyese el texto del artículo 197 del Anexo I del Decreto Nº 351 de fecha 5 de febrero de 1979, por el siguiente:

"ARTICULO 197.- Para la protección de las extremidades inferiores, se proveerá al trabajador de zapatos, botines, polainas o botas de seguridad adaptadas a los riesgos a prevenir.

Cuando exista riesgo capaz de determinar traumatismos directos en los pies, los zapatos, botines o botas de seguridad llevarán la puntera con refuerzos de acero. Si el riesgo es determinado por productos químicos o líquidos corrosivos, el calzado será confeccionado con elementos adecuados, especialmente la suela, y cuando se efectúen tareas de manipulación de metales fundidos, se proporcionará al calzado aislación y resistencia de la planta exterior al contacto caliente. Se prohíbe el uso de amianto en cualquiera de sus formas".

Art. 2º — De forma.

martes, 27 de noviembre de 2007

Medio Ambiente - Impacto Ambiental - Insecticidas peores que los insectos

La necesidad de controlar las plagas urbanas es obvia y creemos que no necesita de fundamentación especial. Baste recordar que la falta de higiene y la ausencia de control de ratas en las ciudades medievales desencadenó la epidemia de peste bubónica que mató a la tercera parte de la población europea. O que las cucarachas son vectores en la expansión del cólera, para concluir que es necesario activar dicho control. No hay dudas sobre su urgencia, la única discusión posible es sobre la mejor manera de hacerlo.

Tenemos que recordar que un plaguicida es un contaminante obligado. Es decir, que en otras actividades, la contaminación es un accidente o un acto de irresponsabilidad. En cambio, la aplicación de plaguicidas es un acto de contaminación deliberada, por el cual se incorpora una sustancia tóxica al medio ambiente. Se trata de sustancias cuyo objetivo es destruir seres vivientes, lo que significa que no pueden ser inocuas para las personas, a pesar de lo que diga la publicidad orientada por intereses sectoriales. Sin embargo, habitualmente se maneja entre nosotros la ficción de que los insecticidas no dañan a los seres humanos y no se adoptan las necesarias prevenciones para evitar esos daños.

Se afirma, por ejemplo, que la mayor parte de los plaguicidas de uso en sanidad ambiental no implican serios peligros para la salud humana. Sin embargo, los plaguicidas suelen ser muy volátiles e intoxican también por inhalación. Esto hace que la frecuencia de daños a la salud humana sea elevada, y también requieren un mayor cuidado que con otras sustancias, cuyo nivel de toxicidad en las tablas parece semejante.Hoy personas sin ningún conocimiento de los riesgos toxicológicos de las sustancias que aplican se meten en nuestras casas y fumigan nuestra cocina, casi siempre con productos cancerígenos que están prohibidos en sus países de origen. Esas personas dejan residuos tóxicos en la vajilla que usamos todos los días, en las latas de alimentos del supermercado, en los depósitos de harina de la panadería del barrio, o en los juguetes exhibidos en los comercios a la espera de que los llevemos para nuestros hijos.

Todo esto configura un riesgo aún mayor del que se intenta prevenir con la fumigación.Es tiempo de pensar en retirar del mercado un plaguicida de alta toxicidad sobre los seres humanos y demás animales de sangre caliente, que no debe ser utilizado como insecticida para usos domiciliarios. Se trata del DDVP, conocido como Vapona, y cuyo nombre químico es 2,2-Diclorovinil dimetil fosfato [1].

Alguna vez fue publicitado con la consigna singularmente profética: “Shelltox con Vapona no perdona”. Dicho producto tiene un riesgo toxicológico elevado y es el responsable de la mayor parte de los accidentes que ocurren con plaguicidas en las áreas urbanas. Su toxicidad es mucho más elevada que la de los demás plaguicidas utilizados y se aproxima a la de aquellos de uso rural (es decir, que sólo se emplean a campo abierto).

Su empleo habitual es un buen ejemplo de la necesidad de que el Estado regule estrictamente el uso de sustancias tóxicas. En efecto, para la eliminación de las cucarachas, por ejemplo, basta con emplear plaguicidas de más baja toxicidad como son los piretroides (como la decametrina, por ejemplo). Sin embargo, el uso de piretroides afecta los hábitos de las cucarachas y éstas se desplazan a la luz y se hacen ver durante varias horas antes de morir por efectos del plaguicida. Desde el punto de vista comercial, un local en el cual el público puede ver los insectos que habitualmente están ocultos tendrá dificultades con su clientela. Lo más lógico y más seguro sería cerrar el local hasta que las cucarachas acabaran de morir y hasta que el plaguicida perdiera su efecto tóxico sobre los seres humanos.

En vez de esto, se agrega un plagicida más tóxico (el DDVP o Vapona), que asegura la muerte de los insectos en el momento de la fumigación. El comerciante mantiene su local abierto (no pierde uno o dos días de ventas), pero expone a su personal y a su clientela a los efectos de una sustancia tóxica que otros países han rechazado para estos usos.Tenemos que destacar que las normas y especificaciones técnicas de los Estados Unidos establecen que los sitios fumigados con este producto permanecen peligrosos para los seres humanos por lo menos durante 24 horas. De modo que utilizarlo para facilitar un empleo inmediato de las instalaciones es una grave irresponsabilidad y, eventualmente, un acto criminal [2].

En febrero de 1988, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) inició la revisión de las autorizaciones para el uso de este plaguicida, las que quedaron completadas en marzo de 1992. Este producto provoca riesgos de cáncer y posee márgenes de seguridad inadecuados en la inhibición de la colinesterasa. Los productos que lo contienen deben llevar el rótulo “Peligro – Veneno”.El DDVP o Vapona es un insecticida de la clase de los organofosforados. Esto significa que es de los de más alta toxicidad. Un insecticida de esta clase, el Parathion está prohibido en Argentina y en la mayor parte del mundo para cualquier uso. El DDVP o Vapona es altamente tóxico por inhalación, absorción dérmica y por ingestión. Como es un producto volátil, la inhalación es la ruta de exposición más frecuente.

Comparando con el envenenamiento producido por otros plaguicidas, la intoxicación con este producto provoca síntomas que aparecen con mayor rapidez, y asimismo, la recuperación de los afectados ocurre en menos tiempo. Esto se debe a que es rápidamente metabolizado y eliminado del cuerpo humano. Las personas con capacidad pulmonar reducida, antecedentes de convulsiones o reciente exposición a inhibidores de la colinesterasa tienen el mayor riesgo ante la exposición a esta sustancia.Es altamente tóxico por todas las rutas de exposición. Cuando se lo inhala, sus primeros efectos son habitualmente respiratorios y pueden incluir ahogos, tos, exceso de fluido en los bronquios, etc. El contacto con esta sustancia puede causar contracciones musculares involuntarias.

El contacto con los ojos causa contracción de las pupilas, visión borrosa, etc. A partir de la exposición por una vía cualquiera, pueden aparecer otros efectos sistémicos a los pocos minutos o a las 12 horas. Pueden incluir náuseas, vómitos, dolores abdominales, diarrea, visión borrosa, contracción o dilatación de las pupilas, salivación, confusión mental, etc. Una intoxicación severa afectará el sistema nervioso central, produciendo incoordinación, baja en los reflejos, fatiga, contracciones musculares involuntarias, temblores, y, eventualmente parálisis en las extremidades y en los músculos respiratorios. En casos graves puede ocurrir defecación involuntaria, psicosis, pérdida del conocimiento, convulsiones y coma. Puede causar la muerte por paro cardíaco o respiratorio.

Estos síntomas pueden aparecer hasta 4 semanas después de una exposición aguda, por lo cual es difícil que los intoxicados asocien los síntomas con la contaminación que los provoca. La exposición prolongada causa los mismos efectos que una intoxicación aguda. Los trabajadores sometidos a una exposición repetida de esta sustancia tienen síntomas tales como pérdida de memoria y concentración, desorientación, depresiones severas, irritabilidad, confusión, pesadillas, sonambulismo e insomnio.Esta sustancia ha sido clasificada como carcinógeno por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) debido a los resultados de tests en ratas de laboratorio. Se notó en ejemplares de laboratorio un significativo incremento de casos de leucemia y también de tumores benignos en páncreas y glándulas mamarias. También afecta el sistema nervioso a través de la inhibición de la colinesterasa, una enzima requerida para el funcionamiento del mismo [3]. Con respecto a este producto, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos lo ha prohibido, entre otros, para los siguientes usos, en una solicitud fechada el 28 de septiembre de 1995:

  • Todos los usos en domicilios.
  • Fumigación de plantas de tabaco.
  • Jardines, campos hípicos, áreas comerciales, institucionales, industriales, aviones, camiones, barcos, vagones ferroviarios, etc.
  • Embalajes de productos no perecederos [4].


En cuanto a la toxicidad de esta sustancia, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) ha estimado una dosis letal oral (DL 50) en roedores de 50 miligramos por kilo. Es decir, que basta la ingestión de 50 miligramos por cada kilo de peso del animal para matar la mitad de una población de roedores en 24 horas. O sea, la ingestión de 3.500 miligramos (es decir, apenas tres gramos y medio) es suficiente para matar a una persona de 70 kilos.

Para dar un término de comparación con otros productos también de uso habitual entre nosotros, la permetrina, se requieren 4.000 miligramos por kilo de peso para matar un roedor en laboratorio. Esto significa que se requiere la ingestión de 280.000 miligramos (es decir, 280 gramos) para matar a una persona de 70 kilos [5]. Un estudio de la Universidad de Texas destaca que algunos pesticidas usados hasta hace poco tiempo en los hogares son especialmente peligrosos para los niños, como el DDVP (Vapona). Explican que el DDVP sublima directamente de la fase sólida a la de vapor y que posteriormente recristaliza dejando depósitos tóxicos en pisos, paredes o muebles. “En 1988 –agregan- estudios de largo plazo mostraron que el DDVP causa daños en hígado y provoca tumores.

EPA suspendió todos sus usos domiciliarios en 1989, aunque todavía hay casas que lo usan”. Estos datos creemos que son suficientes para prohibir los usos domiciliarios de esta sustancia.Agregamos que la manipulación de sustancias tóxicas en viviendas habitadas significa un doble riesgo y que esta tarea sólo puede estar a cargo de personal calificado para ella. Sin embargo, lo habitual es que estas sustancias sean manejadas por personal de muy baja calificación, con los consiguientes riesgos de accidentes e intoxicaciones, tanto para dicho personal como para la gente que allí habita y confía en las empresas de fumigación.Es sugestivo que se ponga en riesgo la salud y la vida de tantas personas para lograr un objetivo tan pequeño como lo es el conseguir que las cucarachas elijan la oscuridad para morirse.


Notas:

[1] Comercializado en diversos países bajo los nombres: Apavap, Benfos, Cekusan, Cypona, Derriban, Derribante Devikol, Diclorvos, Didivane, Doom, Duo-Kill, Duravos, Elastrel, Fly-Die, Fly-Fighter, Herkol, Marvex, Nogos, No-Pest, Nuvan, Prentox, Vaponite, Vapona, Verdican, Verdipor, Verdisol, etc.

[2] Prof. Bastiaan M. Drees: "Insecto, ácaro y productos relacionados con la supresión del parásito", Servicio de Extensión Agrícola de Texas: El Sistema Universitario de Texas, Sept. de 1997.

[3] A Pesticide Information Project of Cooperative Extension Offices of Cornell University, Michigan State University, Oregon State University

[4] Program Resources Branch, Field Operations Division (7506C), Office of Pesticide Programs, Environmental Protection Agency, 401 M St., SW., Washington, DC 20460.

[5] “Insecticides and Toxicities”. EPA, USA, 1998.


Por: Antonio Elio Brailovsky Fuente: http://noticias.iruya.com

viernes, 9 de noviembre de 2007

Seguridad en la Construcción - Seguridad en el uso de Andamios y Escaleras

Seguridad en la Construcción- Seguridad en el uso de Andamios y Escaleras

Las caídas de alturas representan una gran cantidad de accidentes graves ocurridos en la industria de la construcción, especialmente durante el uso de andamios y escaleras. En esta entrega y en la próxima se detallan recomendaciones generales a tener en cuenta durante el uso de estos equipos.

ANDAMIOS


  • Los andamios deben montarse y desmontarse cuidadosamente.

  • Deben ser arrimados a puntos sólidos de construcción, si es posible.

  • Corresponde a todas las personas vigilar el estado de los andamios.

  • Durante el montaje y desmontaje vigilar que nadie se encuentre debajo del andamio.

  • El andamio debe descansar sobre un suelo y sobre apoyos sólidos, como por ejemplo piezas de madera que presenten una asentamiento suficiente. Nunca debe reposar sobre ladrillos, cajas, etc.
  • Las plataformas de los andamios deben ser robustas, estar unidas y libres de cualquier obstáculo.

  • No cargar exageradamente las plataformas con materiales. Repartirlos en la plataforma de trabajo.

  • Los andamios rodantes sólo deben ser desplazados lentamente, prefiriendo el sentido longitudinal, sobre suelos despejados.
  • Nadie debe encontrarse en el andamio durante los desplazamientos.

  • Antes de cualquier desplazamiento asegurarse de que no pueda caer ningún objeto.

  • Antes de subir a un andamio rodante bloquear las ruedas, y si es necesario colocar los estabilizadores.

  • Utilizar plataformas de trabajo protegidas del vacío en los bordes, por una baranda que impida la caída de personas y materiales.
  • Diariamente se debe retirar todos los desperdicios de los andamios. No se deben dejar herramientas en los andamios durante la noche.
  • Evitar estiba materiales sobre los andamios. Al diseñar un andamio se debe tener en cuenta las carga que debe soportar, incluyendo personal, materiales y el propio peso del andamio.

  • Revisar que las plataformas de trabajo estén libres de humedad, grasas, etc antes de que se usen.

  • Los soportes perpendiculares deben descansar sobre bases adecuadas, tendiendo cuidado en lugares con terrenos de arena, tierra suelta o materiales sueltos.
  • Se deben techar cuando se esté trabajando arriba de ellos.

  • Se deben colocar rodapiés en todos los costados de los andamios, además de una malla de protección para evitar caídas al vacío.

  • La madera que se utilice para la construcción de andamios no debe tener defectos tendientes a disminuir su resistencia estructural.

  • Los tubos o caños que se utilicen no deben estar deformados ni debilitados.
  • No deben montarse andamios metálicos a menos de 5 metros de cables aéreos de conducción de instalaciones eléctricas.

  • No pueden superar los 20 metros de altura.

  • Las escaleras de acceso deben sobresalir por lo menos un metro por sobre el nivel de piso del andamio.

  • Las escaleras deben ser fijadas en ambos extremos (inferior y superior). Deben estar protegidas con baranda paralela a sus parantes, en la parte que da al vacío cuando se trate de escaleras de 3 metros de altura.

ESCALERAS



  • El mal estado y la mala utilización de las escaleras, provocan demasiados accidentes.

  • Toda escalera muy deteriorada debe reemplazarse y ser destruida.
  • Las escaleras no deben ser pintadas con el objeto de facilitar la inspección.

  • Utilizar escaleras en buen estado.
  • Someter las escaleras a inspecciones periódicas a fin de detectar fallas en su estructura; rajaduras, partes flojas o descolgadas.

  • Instalar las escaleras sobre un suelo estable, contra una superficie sólida y fija, y de forma que no puedan resbalar, ni bascular.

  • Hacer traspasar las escaleras por lo menos un metro por encima del plano de trabajo.
  • Vigilar que la separación del pie de escalera, de la superficie de apoyo sea la correcta.

  • Las escaleras no deben utilizare como montante de andamios, piso de trabajo o pasarela.
  • Impedir que las escaleras dobles se deslicen, por medio de cadenillas o cuerda, no usar el último escalón.

  • El ángulo de apoyo debe ser tal que, la base quede separada desde su punto de apoyo en un arco equivalente a ¼ de su altura.
  • El ascenso y el descenso de una escalera debe ser de frente a ella.

  • Las escaleras correderas deben tener un cruzamiento de por lo menos cinco peldaños.

Fuente: http://www.estrucplan.com.ar/

viernes, 26 de octubre de 2007

Emergencias - Parte 02 - Brigada de Emergencias

Estructura y funciones de la Brigada o Equipo de Emergencias
A continuación describiremos la estructura y funciones de una brigada compleja, del tipo de opción 4 o 5:

Jefe de Emergencia (máximo responsable del centro de trabajo)
El Jefe de Emergencia será la persona de mayor responsabilidad en la empresa. Es importante que sea una persona habitual en el edificio y que disponga de un sustituto. El Plan de Actuación debe establecer una norma de "asunción del mando" durante la emergencia, en la que se contemple la ausencia de los sucesivos responsables. Las funciones del Jefe de Emergencia son:
  • Ostentar en las emergencias la máxima responsabilidad de la empresa y decidir las acciones a tomar, incluso la evacuación si fuera necesario, según la secuencia de acciones prevista en el Plan de Actuación y con el asesoramiento del Jefe de Intervención.
  • Velar por mantenimiento de las instalaciones y sistemas de protección existentes en el edificio, y que los medios humanos integrantes del equipo de emergencia estén debidamente adiestrados.
  • Concertar los servicios de ayuda externa y coordinación con sus responsables.
  • A la llegada de los Servicios Públicos de Extinción o Policía les informará de la situación, prestándoles su colaboración y les transmitirá la máxima responsabilidad.

Jefe de Ataque o Intervención (acude al lugar del siniestro y dirige la actuación)
El Jefe de Intervención es el asesor del Jefe de Emergencia durante las operaciones de control del siniestro, puede llegar a tener que sustituir al Jefe de Emergencia por lo que debe aproximarse al perfil del máximo cargo. Las funciones del Jefe de Intervención son:

  • Gestionar con el Jefe de Emergencia las necesidades de personal y material a su cargo, supliendo vacantes en el equipo de emergencia.
  • Velar por el correcto mantenimiento de la zona asignada en colaboración con el Jefe de Intervención.
  • Coordinar durante la emergencia las acciones del equipo de emergencia a su cargo en función de las ordenes del Jefe de Emergencia.

Equipo de Primera Intervención o Ataque (controlan el siniestro en una primera etapa). El Equipo de Primera Intervención depende del Jefe de Zona y sus funciones son las siguientes:

  • Conocer los riesgos específicos y la dotación de medios de actuación de la zona asignadaIndicar al Jefe de Zona las anomalías observadas en los sistemas de protección de su zonaEstar alerta ante la presencia de humos, olor a quemado, calentamiento anormal de las instalaciones, etc..
  • Actuar sin demora eliminando las causas que suponen riesgos, en caso de incendio combatirán fuegos incipientes limitando su actuación al uso de extintores manuales.En caso de evacuación, despejar las vías de evacuación y sus accesos.

Equipo de Segunda Intervención o Ataque (atacan el siniestro en un estado avanzado)
Las empresas que requieran de la organización de un Equipo de Segunda Intervención establecerán al menos un equipo por cada turno de trabajo, en dependencia directa del Jefe de Intervención y sus funciones son las siguientes:

  • Conocer los riesgos específicos y la dotación de medios de actuación incluidos los especiales que se encuentran instalados en el edificio.
  • Actuar cuando la emergencia no ha podido ser controlada por el Equipo de Primera Intervención y apoyar, cuando sea necesario, a los servicios de ayuda exterior.


Este equipo únicamente se organizará cuando la magnitud y severidad de los riesgos presentes en la empresa, requiera, en situación de emergencia, de la actuación inmediata de un equipo de extinción de incendios profesional.

Equipo de Evacuación o Salvamento (revisa la zona a evacuar)
El Equipo de Salvamento depende del Jefe de Zona y sus funciones son las siguientes:

  • Conocer los riesgos específicos y la dotación de medios de actuación de la zona asignada.
  • Indicar al Jefe de Zona las anomalías observadas en los sistemas de protección de su zona.
  • Estar alerta ante la presencia de humos, olor a quemado, calentamiento anormal de las instalaciones, etc..
  • Ordenar la evacuación por las vías establecidas y revisar la zona asignada, asegurando la evacuación total e informar al Jefe de Zona.

Equipo de Primeros Auxilios (administra una mínima atención sanitaria)
El Equipo de Primeros Auxilios estará formado por personal con conocimientos de primeros auxilios y socorrismo y dependerá directamente del Jefe de Emergencia. Sus funciones son las siguientes:

  • Conocer los riesgos específicos que se deriven de cualquier emergencia que se pueda producir en el edificio.
  • Estar familiarizados con las vías de evacuación y sectores de incendio del edificio.
  • Controlar el traslado de heridos y prestar los primeros auxilios.
  • Anotar los datos personales de los lesionados que sean trasladados a centros sanitarios

Equipo de Instalaciones o Mantenimiento (desconecta las instalaciones generales del edificio)
Dependerán directamente del Jefe de Intervención y se encargarán del control de las instalaciones generales del edificio, cierre de válvulas y cualquier medida complementaria para el adecuado control de la emergencia.

Equipo de Vías Exteriores o Vigilancia (orienta a los evacuantes en el exterior y tiene contacto con las organismos de emergencias)
En el caso de edificios de gran ocupación o situados en zonas urbanas se encargarán de orientar a los evacuantes hasta el punto de reunión exterior, impedir el acceso al edificio a toda persona ajena a la emergencia, despejar las vías de acceso de los vehículos de servicios de ayuda exterior, recibir a las ayudas exteriores y cuantas acciones sean necesarias para el control de la evacuación en el exterior.

A continuación mostramos un organigrama con los roles antes establecidos:


Criterios de selección del personal para la Brigada de Emergencia

Después de decidir la estructura de este equipo se debe seleccionar a las personas más adecuadas para desempeñar cada una de las funciones. Los integrantes, a ser posible voluntarios, deben reunir una serie de características:

CONDICIONES
FÍSICAS


Libre de impedimentos físicos.
Relación constitución-peso.
Actitud deportiva.
No padecer problemas cardiovasculares.
No padecer problemas respiratorios.

CONDICIONES
PSÍQUICAS


Estabilidad emocional.
Capacidad de aprendizaje.
Disposición.
Capacidad de tomar decisiones.
No padecer claustrofobia, vértigo u otra afección similar.

OTROS


Conocimiento del edificio.
Personal de mantenimiento, incorporando personal de todos los sectores.


Tener en cuenta turnos de trabajo.
No realicen funciones que durante la emergencia deban mantenerse.
Personal habitual en el edificio, no viajen.
Categoría laboral superior y antigüedad en el cargo.
Formación en primeros auxilios.
Bombero profesional o voluntario.
Interés particular



Un problema muy serio es establecer diferentes equipos de emergencia en función de los turnos, días festivos y la rotación del personal debida a traslados, en esta tarea se debe contar con la ayuda de los servicios de vigilancia y procurar asignar responsabilidades específicas a puestos y no a personas. En estos casos es necesaria una buena planificación y realizar revisiones periódicas de los nombramientos de equipos de emergencia con objeto de restablecer las bajas.
Muchas de las grandes empresas proporcionan a los miembros del equipo de emergencia elementos de identificación como brazaletes, dorsales, prendas fluorescentes, etc. Esto no siempre es adecuado, a no ser que se disponga de lugares apropiados en los que se almacenen estos elementos hasta su uso. El problema de su utilización es que los ocupantes de empresas de plantilla estable se acaban acostumbrando a esa identificación y si por cualquier circunstancia el equipo de emergencia no se identifica, se puede generar sensación de descontrol.

Emergencias - Parte 01 - Aspectos Generales

Aspectos Generales

Es necesario que todos los puntos que se han explicado en la 1º parte se vuelquen con precisión, en lo que se llama el Plan General de Emergencias. La estructura general de un plan de emergencias es el siguiente:
  • Objetivos y política de prevención de la empresa.
  • Responsabilidades.
  • Operativa general de evacuación del edificio y planes de evacuación específicos en caso de ser necesario.
  • Brigada de emergencia: Funciones.
  • Listado de equipos de emergencia.
  • Teléfonos de emergencia.
  • Planos del edificio con recorridos y puntos de reunión.
  • Esquema de situación con respecto al entorno y puntos de reunión en el exterior de edificio.
  • Normas generales de comportamiento dirigida a todos los participantes.
  • Procedimiento de evaluación de los resultados de la respuesta al siniestro.
  • Programa de implementación de Simulacros de emergencia.
  • Programa de formación y adiestramiento de la brigada de emergencia.
  • Norma generales de intervención de emergencias con productos o sustancias químicas: fugas, derrames, etc.
  • Lineamientos generales para la práctica de primeros auxilios.
La operativa general de una plan general de emergencias se divide en tres puntos parciales:

* Acciones de detección de la emergencia y alerta
Comienza cuando se activa el medio de comunicación de la emergencia que disponga el edificio, que puede ser megafonía, alarma de incendios, interfonos, teléfonos de emergencia, etc.
* Acciones para el control y ataque del siniestro- Plan de Acción contra Incendio Se activa en la planta siniestrada al detectarse o confirmarse la emergencia. Desde que se confirma el incendio, queda activado el Plan de Acción contra Incendio. Debe atacarse con el extintor más próximo, solicitando ayuda si fuera necesaria a las personas más próximas al siniestro, sin poner en ningún caso en peligro sus vidas. Dado que el desarrollo de los incendios se produce de forma exponencial, la actuación sobre el mismo debe ser lo más rápida posible.
Ante la duda sobre un posible control del incendio por medio de recursos propios, es conveniente avisar a los bomberos, ya que, aunque puede ocurrir que a la llegada de los mismos el fuego se haya extinguido, si no se consigue su extinción se evitará que evolucione hasta proporciones catastróficas. El Plan de Acción contra Incendio se desarrolla a través de la organización de la Brigada de Incendios, estableciendo roles, responsabilidades, etc.
* Acción de desalojo ordenado del edificio- Plan de Evacuación
Cuando existen dudas sobre si el incendio puede afectar a las vías de evacuación o se prevea que la situación puede generar estados de tensión o pánico entre los ocupantes, debe activarse rápidamente el Plan de Evacuación, utilizando la secuencia que evite los recorridos en las zonas que puedan verse afectadas. Es preferible evacuar que generar incertidumbre demorando decisiones.
El Plan de Evacuación se activa tras el Plan de Extinción por tanto, el equipo de emergencia de las zonas no afectadas deberá estar situado en sus puntos de reunión interior en espera de las ordenes del Jefe de Zona.
La activación del Plan de Evacuación se lleva a cabo, cuando a partir, de la orden de evacuar dada por el Jefe de Emergencia, el Jefe de Evacuación lo comunican a su equipo.
Los componentes del Equipo de Evacuación iniciarán la evacuación realizando los recorridos y dirigiendo al personal hacía la vía de evacuación adecuada, si bien con anterioridad y durante un conato de emergencia se ha podido evacuar alguna zona siniestrada, con objeto de facilitar las labores de extinción.
La cuestión clave de una emergencia, es si hay que trasladar a los ocupantes, donde, cuando y como hacerlo. Estas tres interrogaciones constituyen el Plan de Evacuación que en general es válido para cualquier situación de emergencia.
En caso de incendio se debe evacuar cualquier zona afectada por el calor, las llamas o el humo; incluso se recomienda evacuar el edificio completamente si se tienen dudas y en caso de amenaza de bomba siempre se evacuará la totalidad del edificio.
Si el edificio cuenta con más de una planta sobre o bajo rasante, el desalojo de los diferentes niveles se realizará de modo coordinado, de forma que el acceso a las plantas ya evacuadas no quede sin vigilancia mientras continua el flujo de evacuantes por la escalera. Esta estrategia deberá seguirse en todas las escaleras utilizadas durante la evacuación.
Se bloquearán los ascensores y montacargas asegurándose previamente que no queda nadie en su interior. El objetivo de bloquear esta instalación es evitar su uso descontrolado.

Organización de la Brigada de Emergencias

El equipo de emergencia podrá ser profesional o de voluntarios con una determinada estructura y unos objetivos muy diferentes, dependiendo de las características de la empresa (los riesgos, el volumen de ocupación, la características de los ocupantes, la maquinaria, el proceso productivo, los productos almacenados, etc.) y su política.
En general el equipo de emergencia, excepto en el caso de las grandes empresas con un alto riesgo de incendio, estará constituido con trabajadores "voluntarios" que desarrollan una actividad laboral normal y están preparados gracias a la formación y entrenamiento recibidos con este fin.
Por lo anteriormente expuesto al establecer y formar a una brigada privada de emergencias hay que tomar diversas decisiones. Primero hay que tener en cuenta los factores de motivación:

  • ¿Es la planta vulnerable al fuego?
  • ¿Qué posibilidades hay de daños a materiales y de interrupción de la actividad?
  • ¿La existencia de una brigada de bomberos reducirá la vulnerabilidad de la planta?
  • ¿Existe un servicio público de bomberos y es eficaz?
  • ¿Cómo afectaría la instalación de sistemas fijos de protección automática contra incendios, frente a los sistemas manuales, a las primas de seguros?

Además hay que hacer un análisis costo- beneficio de la brigada:

  • ¿Cuánto puede costar la brigada contra incendios?
  • ¿Cuánto tiempo de entrenamiento necesitarán los empleados?
  • ¿Quién va a dirigir el entrenamiento y dónde se va a hacer?
  • ¿Cómo se va entrenar al personal de los diversos turnos?
  • ¿La lucha contra incendio por parte de personal entrenado va a resultar más segura?
  • ¿Se reducirán las pérdidas materiales gracias a la pronta actuación de una brigada bien entrenada?

En el siguiente dibujo mostramos los factores antes mencionados que se deben tener en cuenta para la formación de una brigada:


Los niveles de actuación de una brigada contra incendio son las siguientes:


Opción 1: que ningún empleado participe en la extinción del fuego. Esto supones que una vez avisado los bomberos, todos los empelados evacuen la planta.

Opciones 2 a 4: Están relacionados con fuegos incipientes. Un fuego incipiente es el que está en su etapa inicial y se puede controlar mediante extintores portátiles o pequeñas mangueras, sin necesidad de llevar ropa protectora ni equipos de protección respiratoria.

La Opción 2 es que todos los empleados reciban entrenamiento, al menos una vez al año, sobre cómo utilizar los extintores para la lucha contra fuegos incipientes.

La Opción 3 es que haya empleados designados para luchar contra los fuegos incipientes, con el mismo nivel de entrenamiento que el de la Opción 2. Sin embargo, el entrenamiento no es general, sino sólo de los empleados que deben responder en caso de incendio.

La Opción 4 es que haya una brigada contra incendios organizada para luchar contra los fuegos incipientes. A este nivel, la dirección de planta dispone de normas escritas sobre la organización de la brigada. En las normas se establece su estructura de mando, métodos, entrenamiento y equipos necesarios para realizar sus tareas frente a fuegos incipientes.

La Opción 5 es que la brigada contra incendio puede luchar contra cualquier incendio en le edificio. Entonces tendrá una organización más sofisticada que la Opción 4, con más obligaciones. Por ejemplo: prueba física de los miembros, uso de ropa protectora, equipos especiales de protección de respiración autónomo, entrenamiento trimestral en condiciones reales y mayor nivel de formación y entregamiento general.

Protección contra Incendios-Detectores Térmicos

Se han desarrollado en el mundo una serie de dispositivos mecánicos, eléctricos y electrónicos para la detección de los cambios generados por el fuego para evitar la propagación del mismo y principalmente para la protección de las personas.
Existen diferentes tipos de dectores automáticos en función del elemento generado por el fuego que detectan. En este y en los capítulos siguientes se explicarán los diferentes tipos y sus principios de funcionamiento.


DETECTORES TÉRMICOS

Los detectores térmicos son los más antiguos . Comenzaron a emplearse con el desarrollo de rociadores automáticos. Un rociador es una combinación de un detector de incendio activado por el calor y un dispositivo extintor; cuando el sistema rociador incorpora indicadores de caudal de agua conectados al sistema de control de alarma de incendio. Los indicadores de caudal detectan el flujo de agua por las tuberías o el subsiguiente cambio de presión cuando el sistema actúa.
También existen detectores sin función extintora que simplemente hacen sonar una alarma. Aunque este tipo de detectores es el más barato y es el que tiene el menor índice de falsas alarmas del resto de los detectores, su respuesta es más lenta que el resto.
Sus mejores aplicaciones son la detección de fuegos en pequeños sectores restringidos; donde pueden producirse fuegos con elevado desprendimiento de calor y rápido desarrollo, en zonas donde las condiciones ambientales no permitan el empleo de otros dispisitivos o donde la velocidad de detección no sea el objetivo prioritario.
Los detectores responden a la energía calorífica transportada por convección y generalmente se sitúan en o cerca del techo. La respuesta se produce cuando el elemento de detección alcanza una temperatura fija determinada o cuando se llega a una velocidad específica de cambio de temperartura. Se diseñan para detectar un cambio prederminado de una propiedad física o eléctrica de un material o de un gas.
Existen básicamente varios tipos: termostáticos, de compensación de velocidad, termovelocimétricos, neumáticos en línea cerrado, combinados y de efecto termoélectrico.


DETECTORES TERMOSTÁTICOS

Se accionan para dar la alarma cuando la temperatura del elemento operacional alcanza un valor específico. La temperatura del aire es generalmente mayor que la de regulación debido a que se necesita un cierto tiempo para que el aire eleve la temperatura del elemento hasta el valor prefijado. A este fenómeno se lo denomina inercia térmica. Estos detectores cubren una amplia gama de temperaturas de funcionamiento que va desde los 57 ºC en adelante.
Los metales eutécticos o las aleaciones de bismuto, plomo, estaño y cadmio, que funden rápidamente a una temperatura prefijada, pueden emplearse como elementos operativos para la detección de calor funcionando como un elemento fusible. Al fundirse el elemento, se desprende la cubierta del orificio, el agua fluye en el sistema y se inicia la alarma.
También se emplea un metal eutéctico para activar un detector eléctrico de calor. El metal se emplea frecuentemente como soldadura para asegurar un muelle en tensión. Cuando el elemento se funde, la acción del resorte cierra los contactos y se inicia la alarma. Los dispositivos que emplean metales eutécticos no pueden reponerse. El dispositivo o elemento operativo debe reemplazarse luego de funcionar.

Como altermativa a la detección termóstática del tipo puntual, se desarrollaron varios métodos de detección el línea. El detector emplea dos conductores de acero que se mantienen separados por aislamiento termosensible en un circuito normalmente abierto. Están bajo tensión y forman un cable único mediante una vaina trenzada. Caundo se alcanza la temperatura de diseño, el aislamiento se funde, se cierra el circuito y se inicia una alarma. Después de haber funcionado, la sección fundida del cable debe reemplazarse para restaurar el sistema.

Otro elemento o dispositivo operativo de este tipo de detectores e la utilización de un bimetálico. Cuando dos piezas metálicas con distintos coeficientes de dilatación están adheridas y se calientan, la dilatación diferencial provoca una flexión hacia el metal de menor coeficiente. De esta forma se cierra un circuito, abierto en condiciones normales. El metal de menor dilatación más empleado es el invar, aleación del 36 % de niquel y 64 % de hierro. Para el de mayor dilatación pueden emplearse aleaciones de manganeso/cobre/níquel, níquel/cromo/hierro o acero inoxidable. Los bimetales se emplean como elementos operativos de distintores detectores de temperatura fija. Generalmente dichos detectores son de dos tipos: lámina bimetálica y disco bimetálico de acción de resorte.

En los del tipo lámina bimetálica, cuando se calienta la lámina, esta se deforma en la dirección del punto de contacto. Con un bimetal determinado, la amplitud del juego entre contactos determina la temperatura de funcionamiento.
El segundo tipo emplea como elemento un disco bimetálico de forma cóncava en un estado libre. Generalmente, se une un colector de calor a la armadura del detector para acelerar la transmisión de calor desde el aire del reciento al bimetal. Cuando se calienta el disco, se provocan esfuerzos que invierten la curvatura, la cual se transforma en convexa. Esto genera una rápida acción que cierra los contactos de la alarma. El disco no forma parte del circuito eléctrico.

Todos los dectectores de calor que emplean elementos bimetálicos se autorreponen automáticamente después de funcionar, cuando la temperatura ambiente cae por debajo del punto de funcionamiento.

DETECTORES DE COMPENSACIÓN DE VELOCIDAD

Es un detector térmico que actúa cuando la temperatura que lo rodea alcanza un nivel predeterminado, independietemente de la rapidez de subida de la misma.
Consiste en una envoltura tubular de un metal que se expande longitudinalmente a medida que se calienta y un mecanismo de contacto que cierra cuando se alcanza una cierta elongación. Un segundo elemento metálico en el interior del tubo ejerce sobre los contactos una fuerza opuesta que tiende a matenerlos abiertos. Las fuerzas están equilibradas de forma que, a bajas tasas de aumento de temperatura, se dispone de más tiempo para que el calor se transmita al elemento interior, el cual impide que los contactos se cierren hasta que todo el dispositivo se ha calentado al nivel de la temperatura regulada. Pero si la velocidad de subida es rápida, no se dispone de tiempo para que el calor penetre en el elemento interior, el cual ejerce un efecto menor, obteniéndose un cierre de contactos cuando todo el dispositivo se ha calentado a un nivel inferior. De esta forma se compensa la inercia térmica. Como en los casos anteriores estos detectores también se autoreestablecen automáticamente.


DETECTORES TERMOVELOCIMÉTRICOS

Los detectores de temperatura fija no inician la alarma hasta que la temperatura del aire cerca del techo no supera el punto de diseño. El detector de velocidad de aumento de temperatura (termovelocimétrico) funciona cuando la velocidad de incremento excede un valor prefijado, alrededor de 7.8 ºC por minuto. Se diseñan para compensar los cambios normales en la temperatura ambiente que se producen en condiciones habituales.
En un detector neumático, el aire caliente en el interior de un tubo o cámara se dilata, aumentando la presión . Esto ejerce una fuerza sobre un diafragma que cierra los contactos de alarma. Si el tubo o cámara están herméticamente cerrados, pequeños incrementos en la temperatura ambiente y/o una disminución de la presión barométrica provocan que el detector actúe independientemente de la velocidad de aumento de la temperatura. Para que esto no ocurra estos detectores tiene un pequeño orificio que libera las sobrepresiones que se generan cuando se producen lentas subidas de temperatura o caídas de la presión barométrica. Los respiraderos se dimensionan de forma que cuando la temperatura cambia rápidamente, como en caso de incendio, la velocidad de dilatación exceda la de venteo y la presión suba. Cuando la subida de temperatura excede 7-8 ºC por minuto, la presión se transforma en acción mecánica mediantge un diagrama flexible.


DETECTORES DE TIPO NEUMÁTICO EN LÍNEA CERRADO

Consiste en un tubo capilar que contiene una sala especial saturada de hidrógeno gaseoso. A temperaturas normales la mayor parte del hidrógeno se mantiene en la sal porosa y la presión en el tubo es baja. Cuando la temperatura, en cualquier punto del tubo, aumenta, se libera hidrógeno de la sal, subiendo la presión intera y disparándose un presostato de diafragma. Este sistema vigila la integridad del tubo capilar con una segundo presostato que controla las bajas presiones presentes a temperaturas normales.


DETECTORES COMBINADOS

Tienen más de un elemento para responder al fuego. Se diseñan para actuar por medio de cualquier elemento o mediante una combinación parcial o toale de ambos elementos. Un ejemplo es un detecro térmico que funciona según los principios de temperatura fija y de velocidad de aumento. La ventaja que presenta es que el elemento termovelocimétrico actúa con prontitud a un fuego de rápido desarrollo y el termostático responde a otro de lento desarrollo. El tipo más común emplea una cámara de aire hemisférica con venteo y un diagrama flexibe, para la función de velocidad de subida, y una lámina bimetálica o una ballestilla sujeta por un metal eutéctico, para la función de temperatura fija. Cuando el elemento termostático alcanza el punto de funcionamiento, la lámina bimetálica flexa hasta el punto de contacto o bien se funde el metal eutéctico, liberando el resorte que cierra los contactos.


DETECTORES DE EFECTO TERMOELÉCTRICO

Este tipo de detectores es un dispositivo que utiliza un elemento sensor consist en uno o más termistores que producen un cambio en la resistencia eléctrica como respuesta a un aumento de temperatura. Este cambio de resistencia es detectado por un circuito electrónico asociado y el detector responde cuando la resistencia varía a una velocidad anormal (detector termovelocimétrico) o cuando la resistencia llega a un valor preestablecido (detector termostático).
Los detectores termovelocimétricos de este tipo utilizan dos termistores, uno de ellos expuesto a cambios de la temperatura ambiente. Cuando la temperatura cambia rápidamente porque se ha producido un fuego, la del termistor expuesto aumenta más rápidamente que la del interior de referencia, lo que genera un cambio en la resistencia que hace que el detector dispare la alarma. La mayoría de los detectores termovelocimétricos está diseñada con otra función de temperatura fija, de modo que aunque la temperatura subiera más lentamente 8 ºC por minuto, el detector funcionaría cuando el termistor externo alcanzara una temperatura dada.

DETECTORES DE HUMO

Son detectores que actúan con mucha más rapidez que uno térmico en la mayoría de los incendios. Estos detectores se clasifican según su principio de funcionamiento. Encontramos los de ionización y los de fotoelectricidad. Los que funcionan según el principio fotoeléctrico responden con más rapidez al humo generado por fuegos de baja energía (rescoldos), ya que generalmente se producen partículas de mayor tamaño. Los que actúan según el principio de ionización poseen una respuesta algo más rápida a fuegos de alta energía (con llama), donde se producen elevadas cantidades de partículas de menor tamaño.

DETECTORES DE IONIZACION

Son detectores de tipo puntual. Se constituyen de una pequeña cantidad de material radiactivo que ioniza el aire en una cámara detectora, convirtiendo el mismo en conductor y permitiendo que pase una corriente entre dos electrodos cargados. Esto proporciona a la cámara una conductancia eléctrica bastante efectiva. Cuando las partículas de humo entran en la zona de ionización, disminuyen la conductancia del aire, adhiriéndose a los iones, causando una reducción en su movilidad. El detector responde cuando la conductancia baja de un nivel prefijado.


DETECTORES FOTOELÉCTRICOS

El principio utilizado para este tipo de detectores es aquel que se da cuando la presencia de partículas de humo en suspensión generadas durante el proceso de combustión, afecta a la propagación de un haz luminoso a través del aire. Esto nos permite detectar la presencia de un fuego de dos formas: por oscurecimiento de la intensidad luminosa a medida que pasa el haz y por dispersión del haz luminoso.

* Principio de oscurecimiento: Los detectores que operan según este principio incorporan una fuente luminosa , un sistema de colimación del haz de luz y un dispositivo fotosensible. Cuando las partículas de humo penetran en el haz, la luz que alcanza el dispositivo fotosensible se reduce y la alarma se activa. La fuente generalmente es un diodo emisor de luz. Constituye una fuente fiable y duradera que funciona con baja intensidad de corriente. Los diodos pulsadores pueden generar suficiente corriente para su uso en equipos detectores, funcionando a niveles de energía aún más bajos.
En la práctica , la mayoría de los detectores de oscurecimiento de luz son del tipo haz luminoso y se emplean para la protección de grandes espacios abiertos. Se instalan con la fuente luminosa en un extremo de la zona que hay que proteger y el receptor (fotocélula o relé) en el otro extremo. En algunas aplicaciones, se emplean espejos para determinar la zona de cobertura, dirigiendo el haz según la trayectoria deseada. Por cada espejo empleado, la longitud nonimal del haz debe reducirse progresivamente en un tercio. Los detectores de haz proyectados se instalan generalmente cerca del techo.

* Principio de dispersión: Cuando las partículas de humo penetran en el haz, se produce dispersión de la luz. Los detectores que emplean este principio son generalemente puntuales. Contienen una fuente luminosa y un dispositivo fotosensible, dispuestos de tal forma que los rayos luminosos no inciden, normalmente, en el segundo. Cuando las partículas entran en la luz, ésta se dispersa sobre el dispositivo fotosensible, provocando la respuesta del detector.

* Principio de la cámara de niebla: Un detector según este principio generalmente es del tipo de muestreo. Una bomba de aire aspira una muestra de este, de la/s zona/s protegida/s hacia una cámara de alta humedad dentro del detector. Una vez elevada la humedad de la muestra de aire a un elevado valor, la presión baja ligeramente. Si las partículas están presentes, la humedad se condensa sobre ellas formando niebla en la cámara. La densidad de dicha niebla se mide según un principio fotoeléctrico. Cuando dicha densidad es mayor que un valor prefijado, se produce la respuesta del detector.


DETECTORES DE GAS

Se producen muchos cambios en el contenido gaseoso ambiente durante un incendio. En ensayos de incendio se observó que los niveles detectables de gas se alcanzan después que los de humo y antes que los de calor. Se emplean dos principios de funcionamiento, semiconductor y elemento catalítico.

PRINCIPIO DEL SEMICONDUCTOR
Funciona respondiendo a la oxidación o reducción de los gases que generan sus cambios eléctricos en un semiconductor. El cambio de conductividad provoca la activación de la alarma.
PRINCIPIO DEL ELEMENTO CATALÍTICO
Estos detectores contienen un material que permanece sin cambio, pero acelera la oxidación de los gases combustibles. El siguiente cambio de temperatura del elemento inicia la alarma.


DETECTORES DE LLAMA

Estos detectores reaccionan ante la aparición de la energía radiante visible para el ojo humano (aproximadamente entre 4000 y 7000 angströms) o a la energía radiante que está fuera del campo de visión humana. Estos detectores son sensibles a las brasas incandescentes y a las llamas que radian energía de suficiente intensidad y naturaleza espectral para motivar la reacción del detector.
Debido a su respuesta detectora rápida, suelen emplearse generalmente en zonas altamente peligrosas, tales como plataformas de carga de combustibles, áreas de procesos industriales, cámaras hiperbáricas, áreas con techos altos y atmósferas propensa a explosiones o fuegos rápidos. Debido a que deben ser capaces de ver el fuego, pueden ser bloqueados por objetos situados frente a ellos, aunque el detector de infrarrojos posee cierta capacidad para detectar la radiación reflejada de las paredes.


DETECTOR DE INFRARROJOS

Consiste básicamente en un sistema de filtro y lentes que se emplea para apantallar longitudes de onda indeseables y focalizar la energía incidente en una célula fotovoltaica o fotorresistiva sensible a la energía infrarroja. Reaccionan al componente total de infrarrojos de la llama, sola o en combinación con el parpadeo de la llama en la banda de frecuencia de 5 a 30 Hz.
El mayor problema en el empleo de este detector que recibe la radiación total del IR es la posibilidad de interferencia de la radiación solar en la regió del IR. Si se sitúan en zonas de sombra solar, no es necesario filtrar o apantallar los rayos del sol.


DETECTOR DE ULTRAVIOLETRAS

Emplea generalmente como elemento sensible un dispositivo de estado sólido, carburo de silicio o nitruro de aluminio, o um tubo lleno de gas. Es insensible a la luz solar y artificial.

CONDICIONES AMBIENTALES QUE INFLUYEN EN LA RESPUESTA DE LOS DETECTORES

Existen condiciones ambientales que condicionan la selección, localización y capacidad de respuesta de los detectores. La elección o emplazamiento inadecuados de un tipo de detector puede crear problemas, que van desde la ausencia de alarma hasta excesivas falsas alarmas.

AMBIENTE CIRCUNDANTE
Cuando se elige un detector para un lugar específico se debe tener en cuenta el ambiente al que va a estar expuesto en condiciones normales. Por ejemplo un detector de IRA o UV que se emplee en lugares donde se lleven a cabo operaciones de soldadura con arco o autógena, puede generar falsas alarmas debido a la presencia de energía radiante. Además, los detectores que responden a partículas de humo son especialmente propensos a falsas alarmas, de fuentes tales como humos de cocina, cigarrillos o escapes de automóviles.

CALEFACCIÓN, VENTILACIÓN Y AIRE ACONDICIONADO
En habitaciones, edificios, etc donde existe ventilación forzada, no deben colocarse en lugares donde el aire de los difusores pueda diluir el humo antes de alcanzar al detector. Deben colocarse de forma que favorezcan el flujo de aire hacia las aberturas de retorno. Esto puede que exija detectores adicionales, puesto que si sólo se sitúan cerca de las aberturas de retorno, el equilibrio de la zona puede quedar inadecuadamente protegido cuando se detenga el sistema de aire forzado.

ELECCIÓN DEL DETECTOR

Al planificar un sistema de detección de incendios, los detectores deben elegirse teniendo en cuenta los siguientes factores:

  • Tipo de fuegos potenciales que puedan producirse.
  • Tipo y cantidad de combustible presente.
  • Posibilidad de fuentes de ignición.
  • Condiciones ambientales.
  • Valor de la propiedad a proteger.

En general, los detectores térmicos poseen el más bajo costo y tasa de falsas alarmas, pero son los más lentos de respuesta. Debido a que el calor generado por pequeños fuegos tiende a disiparse rápidamente, los detectores térmicos tienen su mejor aplicación en la protección de espacios confinados o directamente a las distancias recomendadas o con separaciones inferiores para obtener una respuesta más rápida. La temperatura de funcionamiento de un detector térmico debe ser al menos 14 ºC superior a la máxima temperatura ambiente esperada en la zona protegida.

Los detectores de humo son más costosos que los térmicos, pero responden más rápidamente a los incendios. Son más adecuados para la protección de grandes espacios abiertos porque el humo no se disipa con tanta rapidez como el calor en un espacio de las mismas dimensiones. Se instalan según una disposición en rejilla, o según las condiciones que prevalezcan en función de las corrientes de aire.

Los detectores de humo por ionización son útiles cuando se producen incendios con llama. Los detectores de humo fotoeléctricos tienen una mejor utilización en lugares que tengan posibilidad de ser afectados por incendios de rescoldos o incendios que afecten al aislante de cable de pirólisis a baja temperatura (PVC).

Los detectores de llama ofrecen una respuesta extremadamente rápida, pero se activa con cualquier fuente de radiación dentro de su campo de sensibilidad. Si se aplican inadecuadamente, las tasas de falsas alarmas pueden ser elevadas. Debido a que son dispositivos que necesitan ver el fuego, debe cuidarse que no sean bloqueados accidentalmente por equipos o materiales almacenados. Su sensibilidad va en función del tamaño de la llama y distancia de ésta al detector. Aunque son relativamente caros, son idóneos para proteger áreas con presencia de polvos o vapores explosivos o inflamables, debido a que normalmente está dotados de carcasas a prueba de explosiones.


INSTALACIÓN DE DETECTORES

Una vez elegido el detector más adecuado, el siguiente paso es instalarlo en la zona que hay que proteger. Los del tipo puntual se emplazan generalmente no más de 10 cm del techo o paredes.
Cuando se instalan detectores térmicos a las distancias certificadas, los tiempos de detección son aproximadamente equivalentes al tiempo de funcionamiento de los rodicadores normalizados de 74 ºC del tipo de palanca y varilla. Si se desea una respuesta más rápida, se debe reducir la separación del detector. También, cuando los techos sean altos, o cuando su construcción no sea lisa, la separación debe reducirse adecuadamente. La norma NFPA 72 E- Norma para los detectores automáticos de incendio- establecen mayor información específica sobre la instalación de detectores.


SEPARACIÓN DE DETECTORES TÉRMICOS EN TECHOS ALTOS
Debido a que el aire al ascender durante el incendio es diluido por el aire frío, se ha creído siempre que los detectores térmicos deberían ser instalados muy juntos en techos altos para conseguir el mismo tiempo de respuesta que el que proporcionarían en un techo de 2,5 a 3 metros de altura. Los datos de múltiples ensayos demuestran que los detectores térmicos deberían estar más juntos, cuando se instalan en un techo alto, para alcanzar el mismo tiempo de respuesta que si estuvieran en techos de 3 metros. La norma NFPA 72 E exige la reducción de la separación cuando los detectores de calor están montados en techos de más de 3 metros de altura.

Cuando se instale cualquier tipo de detector térmico, deben tenerse en cuenta las fuentes de calor en el espacio protegido que podrían causar falsas alarmas. Por ejemplo, los detectores térmicos deberían situarse apartados de unidades calefactoras y hornos, de donde se espera salgan oleadas de aire caliente.

La instalación adecuada para los detectores de humo es más importante que la de los detectores térmicos, debido a que en un incendio de rescoldos, el transporte de humo está fuertemente influenciado por la corriente de aire convectiva en la zona protegida. A pesar de que se pueda instalar una parrilla, como punto de arranque, debe tenerse cuidado en colocar adecuadamente los registros de suministro de calor y los de retorno del aire. Los detectores de humo deberían colocarse aparte de las turbulencias producidas por las salidas de aire caliente. Su colocación debería favorecer el aire de retorno, debido a que el aire de retorno dirigirá el humo hacia el detector, y que la velocidad del aire de regreso, tiende a ser menor.

APLICACIONES ESPECIALES
Los detectores de humo de conductos de aire se instalan en los conductos de retorno de los sistemas HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado), procedente de un fuego en el edificio. Detectado el incendio, el sistema de control asociado detiene los sopladores de circulación, o los invierte a situación de escape de humos.

Se emplean también dispositivos activados por humo para cerrar automáticamente puertas contra incendios en edificios, a fin de limitar la propagación del humo en caso de incendio. Esto puede conseguirse con detectores montados en el techo de los corredores, conectados a dispositivos de apertura situados en las puertas y activados eléctricamente, o mediante detectores de humo integrados en las propias puertas.

Cuando se instalen detectores de humo, debe considerarse también la estratificación del humo. El humo puede estratificarse debajo del techo, debido a grandientes de temperatura, o a corrientes de aire a lo largo del techo. La instalación de detectores de gas es similar a la de los de humo puesto que los gases del incendio tienden a circular con el humo y se ven afectados de forma similar por las corrientes de convección en el espacio protegido. Deben emplazarse también lejos de fuentes de gases o vapores oxidables, tales como por ejemplo, disolventes hidrocarbonados o rociadores de aerosol, que podrían causar falsas alarmas.

Los requerimientos de los detectores de llama son distintos a los de calor o humo, que las distancias de separación no son importantes para los dispositivos de línea de visualización. Deben emplearse de forma que puedan ver la radiación luminosa que emane de cualquier punto del espacio protegido. Debido a que el cono de visión varía según el diseño del detector , deben seguirse las recomendaciones del fabricante para la cobertura de la zona. Necesitan apantallarse o situarse de forma que lo vean fuentes de energía radiante que no procedan de fuegos y puedan provocar falsas alarmas.

jueves, 25 de octubre de 2007

Emergencias-Cálculo estimativo de vías y tiempos de evacuación.Parte2

Redactores:
Adolfo Pérez Guerrero
Ingeniero Industrial

CENTRO NACIONAL DE CONDICIONES DE TRABAJO

Cálculo de vías de evacuación. Aplicación práctica


En el planteamiento inicial se puede considerar que cada persona a evacuar podrá disponer como mínimo de una vía principal de evacuación y otra optativa.

En la figura 2, a título de ejemplo, se puede ver la representación de un edificio de oficinas constituido por cuatro plantas y un sótano. Se observa la distribución de cada planta con los huecos de los patios interiores, dos escaleras de incendios laterales que terminan en la planta baja y a la que cada planta tiene acceso a través de puertas cortafuego realizadas en la pared de protección que aísla cada una de las escaleras del resto de edificio. Cada planta constituye un sector independiente de incendio. Existe una escalera principal protegida que va desde la planta 4 a la planta baja. Desde el sótano suben dos escaleras hasta la planta baja. En esta planta se indica una salida principal de edificio y tres secundarias.




Fig. 2: Vías de evacuación en un edificio de oficinas


Para el cálculo de las vías de evacuación se puede considerar en primer lugar que las 525 personas que trabajan en el edificio están distribuidas por plantas como se indica en la figura 2. Se observa que la ocupación mínima para oficinas es de 1 persona/10 m2 por lo que en cada planta, la ocupación sobrepasa a este mínimo excepto en la planta sótano. Por lo que para los cálculos de evacuación se tomará la ocupación real de cada planta excepto en el sótano que será la mínima según norma de 125 personas.

Se considera a continuación la altura total del edificio que en el caso que nos ocupa es de h = 18.5 metros de los cuales son 4 m para cada una de las plantas baja y primera, a las otras plantas segunda, tercera y cuarta les corresponde 3.5 m a cada una, el sótano tiene también una altura de 4 m. Como es mayor que 15 m las escaleras tienen que ser protegidas. La anchura en metros A tiene que cumplir con la condición de norma por la cual P £ 3 S + 160 A, siendo P el número de ocupantes asignados a la escalera en el conjunto de las plantas a las que sirve. En el caso del
ejemplo P = 255, que es la suma de las ocupaciones de las plantas 1, 2, 3 y 4. El valor S es la superficie útil del recinto de la escalera en el conjunto de las plantas en m2, incluida la correspondiente a los tramos, rellanos y mesetas intermedias. En el caso que estudiamos es, teniendo en cuenta que un tramo tipo de escalera de 1 m de anchura y correspondiente a un piso de altura de techo 3 m tiene una superficie útil estimable en 11 m2, a los 4 tramos de los 4 pisos de 15 m de altura total de techos le corresponderá una escalera de anchura A metros y superficie S = 15 x 11/3 x A = 55 A. Por lo que: P £ 3 S + 160 A que sustituyendo, 255 £ 3 x 55 A + 160 A; A ³ 0.39; se toma el valor mínimo de A que cumple con lo anterior: A = 1 metro. En el ejemplo considerado se tiene una escalera principal protegida de 1.4 m de ancho, como vía principal de evacuación y otra escalera secundaria protegida de 1 m de ancho como vía opcional de evacuación, superándose así sobradamente el valor mínimo de norma que quedaría cubierto con una única escalera protegida de 1 m de anchura.

Las dos escaleras de incendio complementan las salidas de las plantas mejorando las posibilidades de evacuación. En otros casos distintos al del ejemplo se podrían considerar tales escaleras también como vías de evacuación, siempre y cuando que el edificio ya construido, no admita la inclusión de una escalera protegida y su uso sea distinto al hospitalario. En estos casos se calcularía como una escalera no protegida con una anchura mínima de 80 cm.

En el ejemplo que nos ocupa las salidas normales de planta serán las puertas de acceso a las dos escaleras protegidas que resultan, como se ha visto, suficientes, aunque adicionalmente están las dos puertas de acceso a las escaleras de incendio.

Como la ocupación de la Planta 1 es mayor de 100 personas se necesitan dos salidas de planta que serán las de acceso a las dos escaleras protegidas. Aunque en las Plantas 2 y 3 sería suficiente una única salida de planta se mantienen también como mejora los dos accesos a las escaleras protegidas. La Planta 4 tiene suficiente con un único acceso a la escalera principal protegida, E1 en la figura 3.




Fig. 3: Salida de edificio en planta baja

En la Planta Sótano como más de 50 personas precisan salvar, en sentido ascendente, más de 2 m de altura de evacuación, se necesitarán dos salidas a sendas escaleras de evacuación protegidas, E3 y E4 en la figura 3.

En la Planta baja las salidas de edificio corresponden a puertas que dan acceso a un espacio exterior con una superficie de 0,5 m2 por persona, de forma tal que ninguno de sus puntos se encuentre situado a una distancia de la salida, en metros, mayor que 0. 1 P, siendo P el número de ocupantes. Los cálculos serían:

S = 0.5 x 525 = 262.5 m2;

D = 0.1 P = 52.5 m.

donde:
S: Superficie espacio seguro.
D: Distancia máxima entre el punto más alejado del espacio seguro y una puerta de salida de edificio.

Si se considera el número de salidas de edificio ubicadas en la Planta Baja, se observa que a dicha planta confluyen dos escaleras descendentes E1, E2 y otras dos ascendentes, E3, E4 según la figura 3. Se asigna a la escalera descendente de 1 m de anchura un número de ocupantes de 160 x 1 = 160 personas. La otra escalera descendente será capaz para 160 x 1.4 = 224 personas. La anchura mínima de las escaleras ascendentes tendría que ser: A = P / (160 - 10 h) = 125 / 160 - 10 x 4) = 1.04 m. Como hay dos escaleras ascendentes, de 1 m de ancho cada una se cumple sobradamente con lo anterior. Por lo que se asignan 160 personas a cada una de las escaleras ascendentes.

Para el cálculo de las salidas del edificio en la Planta Baja se considera (ver la figura 3) para el arranque de la escalera descendente El una asignación de ocupantes de 224 personas. Para los arranques de escaleras E2, E3 y E4 la asignación de ocupantes será de 160 personas para cada una. Los ocupantes propios de esta planta son 150 personas, por lo que el ancho total de las puertas de salida del edificio, teniendo en cuenta 1 m de ancho por cada 200 personas, sería: A = (224 + 3 x 160 + 150) / 200 = 4.27 m, como mínimo. En el caso que nos ocupa se dispone de una puerta principal S1 de 2 m de anchura y tres puertas secundarias S2,S3 y S4 de 1 m de anchura, tal como se indica en la figura 3.

En las plantas primera, segunda y tercera se dispone de dos salidas de planta porque se ha estimado que la longitud de algunos recorridos de evacuación hasta una hipotética única salida serían mayores que 25 m.

La planta cuarta al ser la más reducida en dimensiones puede disponer de una única salida de planta porque se ha considerado que cumple con los requisitos de que su ocupación es menor de 100 personas, la longitud de ningún recorrido de evacuación hasta la salida de planta es mayor de 25 m y su altura de evacuación es menor de 28 m.

En las plantas de dos o más salidas se ha previsto que la longitud del recorrido desde todo origen de evacuación hasta alguna salida de planta es menor que 50 m. Se cumple también que la longitud del recorrido desde todo origen de evacuación hasta algún punto desde el que partan al menos dos recorridos alternativos hacia sendas salidas, no es mayor que 25 m.

Si se considera el recorrido de evacuación más desfavorable, se podría partir del punto P de la planta cuarta más alejado del acceso a la escalera principal, según se representa en la figura 2, y para medir toda la longitud del recorrido se consideran 22 m de longitud de pasillos a recorrer en la propia planta cuarta hasta la salida de la misma por la escalera principal, sumando también las longitudes correspondientes a los tramos de mesetas y de escalera correspondientes a la escalera principal hasta desembocar en la planta baja y finalmente añadiendo la longitud del recorrido desde el pie de escalera hasta la salida principal del edificio que es de 18 m.

La escalera principal esta constituida por tres tramos y dos mesetas entre cada dos plantas consecutivas. Cuando la altura entre plantas sea de 3.50 m, la parte de escalera entre estas plantas tiene dos tramos de escalera de siete escalones de 35 cm de huella y 16 cm de contrahuella más otro tramo de ocho escalones de iguales características.

Además habrá que considerar dos mesetas de 1.4 m de longitud cada una, coincidiendo así esta longitud con la anchura de escalera.

Si la altura entre plantas es de 4 m, entonces la parte de escalera entre estas plantas tiene dos tramos de ocho escalones de 35 cm de huella y 16 cm de contrahuella más otro tramo de nueve escalones de iguales características. Además hay dos mesetas de 1.4 m de longitud cada una.

Para el cálculo de la longitud del recorrido de evacuación correspondiente a la escalera principal se considera que desde la planta cuarta hasta la planta segunda hay cuatro tramos de escalera de longitud 2.30 m cada uno y dos tramos de escalera de longitud 2.70 m cada uno. Además se consideran cuatro tramos de meseta de 1.40 m de longitud cada uno.

Desde la planta segunda hasta la planta baja hay cuatro tramos de escalera de longitud 2.70 m cada uno y dos tramos de escalera de longitud 3.08 m cada uno.Además se consideran cuatro tramos de meseta de 1.40 m de longitud cada uno.

Por lo que la longitud total del recorrido de evacuación correspondiente a la escalera será de:

4x2.30 + 2x2.70 + 4x2.70 + 2x3.08 = 31.56 m de tramos de escalera

8x1.40 = 11.20 m de tramos de mesetas de escalera.

Cálculo de los tiempos de evacuación


En el caso de una persona adulta sin impedimentos físicos, la velocidad de desplazamiento horizontal se podría estimar a razón de un metro por segundo y en desplazamiento vertical (escaleras), podría ser de medio metro por segundo.

El tiempo propio de evacuación del itinerario que empieza en el punto P y termina a la salida principal del edificio sería:

tPE = espacio / velocidad = 22 m /1 m/s + 31.56 m / 0.5 m/s + 11.20 m / 1 m/s + 18 m / 1 m/s 114 s, aproximadamente igual a 2 minutos.

El tiempo de detección podría oscilar entre un máximo de 10 minutos en el caso de detección por el personal presente o de vigilancia y menos de 1 minuto para el caso de haber central de alarma automatizada. En el ejemplo se considera un tiempo de 5 minutos.

El tiempo de alarma es el propio de la emisión de los mensajes, luces o sonidos codificados y no debería ser superior a 1 minuto.

El tiempo de retardo en situaciones con personal adiestrado en el plan de emergencia no debería superar el minuto. En todo caso podría alcanzar hasta 5 minutos o más si no hay un plan de emergencia correctamente implantado. En el caso del ejemplo se ha considerado un tiempo de retardo de 2 minutos.

Con estos supuestos se podría considerar que el tiempo total de evacuación para el ejemplo estudiado sería de:

tE = tD + tA + tB + tPE = 5 min. + 1 min. + 2 min. + 2 min. = 10 minutos.

La norma UNE 23093 define una acción térmica convencional mediante una relación tiempo-temperatura que constituye una referencia que permite establecer las exigencias reglamentarias de comportamiento ante el fuego de los elementos constructivos, en términos de tiempo equivalente durante el cual el ensayo reproduce la peor condición posible en el lugar del incendio.

La escala de tiempos adoptada por la Norma Básica de la Edificación, NBE-CPI 1996, se corresponde con los siguientes valores de temperatura alcanzada por encima de la del ambiente:

Aunque estos tiempos no están relacionados directamente con el tiempo total de evacuación, se deberían tener en cuenta para el diseño de la protección de las vías de evacuación usando los materiales adecuados con una resistencia al fuego (RF) y parallamas (PF) suficiente para su misión de proteger como mínimo, durante todo el tiempo transcurrido en la evacuación.

Se podría considerar como tiempo total máximo para una evacuación el de 15 a 20 minutos, siempre que el edificio esté debidamente protegido y la propagación del fuego controlada. En todo caso el tiempo máximo de evacuación estará en función de las garantías de control del siniestro. Evidentemente un incendio posiblemente requiera un tiempo de evacuación menor que una amenaza de bomba. En el caso de que alguno de los sumandos de este tiempo total fuesen mayores que los expuestos en el ejemplo de esta nota, se podría considerar la disminución de los otros sumandos para poder conseguir un total aceptable.

En el caso del ejemplo tratado se podría considerar la eventualidad de una de las escaleras descendentes bloqueadas lo que conduciría a efectuar la evacuación por la otra escalera escendente que está calculada para ser capaz para ello. Lo único que aumentaría sería las longitudes de los pasillos recorridos como vías de evacuación en cada planta y en el caso tratado se estimaría un aumento del tiempo propio de evacuación, desde el punto más desfavorable de la planta tercera hasta la escalera no bloqueada, de menos de 1 minuto por lo que el tiempo total de evacuación seguiría estando dentro de lo aceptable. En el caso de la última planta, por tener una única escalera descendente protegida se tendría que recurrir al uso de las escaleras de incendio.

Si el edificio del ejemplo lo consideráramos ubicado dentro de una planta industrial debería completarse el estudio de evacuación con otro en el que se incluiría el estudio de riesgo de la planta para poder escoger los itinerarios de evacuación más seguros que conduzcan, si fuese necesario, fuera de la planta.

Inicialmente se podría considerar el espacio exterior seguro, ya definido anteriormente como uno de los puntos de reunión para el caso de evacuación parcial de la planta. Por supuesto que los puntos de reunión deberían elegirse como los lugares suficientemente seguros dentro del rrecinto de la planta y además cercanos a las puertas de salida hacia el exterior. En estos casos, al tiempo total de evacuación del edificio habría que sumarle el tiempo propio de evacuación correspondiente al recorrido del itinerario de evacuación a través de la planta, que, en el caso de evacuación parcial, terminará en el punto de reunión y en el caso de evacuación total termina en las puertas de salida del recinto de la planta.

Bibliografía

(1) MINISTERIO DEL INTERIOROrden de 29 de noviembre de 1984. Manual de Autoprotección. Guía para desarrollo del Plan de Emergencia contra incendios y de evacuación
de locales y edificios. BB. OO. 26 febrero 1985, rect. 14 junio.

(2) MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS Y URBANISMO R.D. 2059/81, de 10 de abril, por el que se aprueba la Norma Básica de la Edificación NBE-CPI-81: Condiciones de protección contra incendios en los edificios. BB. OO. del 18 y 19 de septiembre de 1981.

(3) MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS Y URBANISMO R.D. 279/1991, de 1 de marzo, por el que se aprueba la Norma Básica de la Edificación "NBE-CPI-91: Condiciones de protección contra incendios en los edificios". B. O. E. nº 58 viernes 8 marzo 1991.

(4) MINISTERIO DE FOMENTO R.D. 2177/1996, de 4 de octubre, por el que se aprueba la Norma Básica de la Edificación "NBE-CPI-96: Condiciones de protección contra incendios de los edificios". B. O. E. nº 261 martes 29 octubre 1996.

(5) MARÍA JESÚS DIOS VIÉTEZ Norma de incendios NBE-CIP-91. Casos tipo en edificios de viviendas. Ediciones Universidad de Navarra, S.A. (EUNSA). Barañáin-Pamplona 1993.

Emergencias-Cálculo estimativo de vias y tiempos de evacuación.Parte1

Redactores:
Adolfo Pérez Guerrero
Ingeniero Industrial

CENTRO NACIONAL DE CONDICIONES DE TRABAJO


Introducción


El plan de emergencia de cualquier centro de trabajo plantea el doble objetivo de proteger a las personas y a las instalaciones ante situaciones críticas, minimizando sus consecuencias. La mejor salvaguarda para los ocupantes ante una emergencia es que puedan trasladarse a un lugar seguro, a través de un itinerario protegido y en un tiempo adecuado, esto es, realizar una evacuación eficiente. La presente Nota Técnica pretende exponer los parámetros a considerar para conseguir con éxito una evacuación. Para ello se ha considerado la Norma Básica de la Edificación CPI/96 y otras informaciones diversas de tipo práctico.
Mediante un ejemplo de aplicación práctica se muestra como estimar las dimensiones de las vías de evacuación y los tiempos.


Definiciones

Si se plantea un itinerario cualquiera de evacuación, antes del estudio de optimización se debería poner atención en los siguientes conceptos generales extractados de la Norma Básica de la Edificación NBE-CPI/96.

Origen de evacuación: Cualquier punto ocupable. Excepción de los recintos de densidad de ocupación baja y superficie menor de 50 m2, cuyo origen de evacuación es su puerta.

Recorridos de evacuación: Longitud real sobre el eje de pasillos, escaleras y rampas.

Altura de evacuación: Diferencia de cotas de evacuación entre la del origen y la de salida del edificio. Para evacuación no se consideran las escaleras mecánicas, rampas móviles y aparatos elevadores, excepto las rampas móviles con dispositivo de parada automática por sistema de detección y alarma.

Rampas: Son consideradas como los pasillos con una pendiente que no deberá ser mayor que el 12% cuando su longitud sea menor que 3 m., que el 10% cuando su longitud sea menor que 10 m. o que el 8% en el resto de los casos.

Recinto: Espacio cerrado y formado por elementos constructivos separadores. Puede abarcar diversas plantas pero constituye un sector de incendio.

Establecimiento: Concesión de dominio sobre la utilización de un inmueble. Todo él dentro de un edificio será un sector de incendio diferenciado.

Espacio exterior seguro: Es el lugar de la vía pública dentro de una zona delimitada con un radio de distancia de la salida de edificio de 0.1 P metros, siendo P el número de ocupantes. Si el espacio exterior no está comunicado con la red viaria o con otros espacios abiertos no será preciso computar la superficie necesaria dentro del radio de distancia antes citado pero habrá que excluir una franja de quince metros desde la fachada. Este espacio se determina a razón de 0,5 m2/ persona como mínimo. Ver también salida de edificio.

Salida de recinto: Es una puerta o un paso que conducen directamente o no a la salida de planta y del edificio. Un recinto puede disponer de una única salida, si su ocupación es menor de 100 personas, no existen recorridos para más de 50 personas que precisen salvar en sentido ascendente una altura de evacuación de más de dos metros y ningún recorrido hasta la salida debe ser mayor de 25 m. en general. Una planta puede disponer de una única salida si además de cumplir las condiciones anteriores, su altura de evacuación no es mayor que 28 m.
Si un recinto o planta deben tener varias salidas se verifica que: Desde cualquier origen hasta alguna salida el recorrido es menor de 50 m. y desde todo origen de evacuación hasta algún punto con al menos dos recorridos alternativos no tenga más de 25 m.

Salida de planta: Puede ser el arranque de una escalera que conduce a una planta de salida del edificio, siempre que ésta no tenga un ojo o hueco central con un área en planta mayor que 1.3 m2 y no comunique con otras inferiores a través de huecos verticales además de las normales de las escaleras.
Es también una puerta de acceso a una escalera o a su vestíbulo previo, a un pasillo protegido, siempre que cumpla con la normativa específica y que conduzcan a una salida de edificio. Es la puerta de acceso a otro sector, con las condiciones de que el primer sector tenga otra salida de planta o una puerta de acceso a un tercer sector y finalmente a una salida de edificio. Las dos salidas del primer sector no conducirán a un sector común para los dos recorridos optativos. Los espacios a los que se accede, dentro de 30 m de recorrido de evacuación desde la puerta considerada disponen como mínimo de 0,5 m2 por persona asignada a dicho recorrido.

Salida de edificio: Puerta o hueco utilizable como paso a un espacio exterior seguro. Si el espacio exterior seguro no tiene capacidad para todos los ocupantes se podrá buscar otro espacio adicional capaz con la condición que el recorrido sea menor que 50 m y cumpla con la normativa específica.
Tiempos de evacuación

En el desalojo por incendio o emergencia en un local o edificio se pueden considerar cuatro tiempos diferenciados de la evacuación, el tiempo de detección tD, el de alarma tA, el de retardo tR y el tiempo propio de evacuación tPE, según se indica en la figura 1.



Fig.1 : Relación entre el número de personas evacuadas y el tiempo de evacuación


La suma de todos es el tiempo de evacuación. Este y sus diferentes componentes está en función del grado de implantación del plan de emergencia.

tE = tD + tA + tB + tPE


Para la optimización del tiempo total de evacuación se puede considerar la forma de hacer mínimos cada uno de los tiempos sumandos. El tiempo de detección comprende desde el inicio del fuego o emergencia hasta que la persona responsable inicia la alarma. Si se desglosa a su vez tD se puede apreciar el tiempo de detección automática o humana, el de comprobación de la emergencia y el de aviso para iniciar la alarma. Hay centrales de alarma que son capaces de recibir la señal de un detector activado y analizar en menos de un segundo si es verdadera o falsa y también el nivel de gravedad de la emergencia. La detección humana no es tan rápida, pero se puede optimizar con la ayuda de unos buenos medios de comunicación (megafonía, teléfonos portátiles, ordenadores periféricos o portátiles, etc.).
En el caso de detección automática, la central de alarma puede estar programada para activar la alarma correspondiente, iniciando la evacuación. En el caso de detección por una persona trascurrirá un tiempo hasta que se verifique la gravedad del suceso y se notifique la necesidad de activar la alarma correspondiente.
El tiempo de alarma es el propio de emisión de (los mensajes correspondientes) por los medios de megafonía, luces o sonidos codificados. Este tiempo depende de la bondad técnica y de comunicación colectiva de los mencionados mensajes.
El tiempo de retardo es el asignado para que el colectivo de personas a evacuar asimilen los mensajes de alarma e inicien el movimiento hacia los itinerarios correspondientes de salida.
Influye de una manera importante en la disminución de tR la eficacia de comunicación de los mensajes y la buena organización del personal de ayuda para la evacuación.
El tiempo propio de evacuación se inicia en el momento que las primeras personas usan las vías de evacuación con intención de salir al lugar seguro preindicado.
Se puede contar proximadamente desde la salida del primer evacuado.

Para el tiempo total de evacuación se puede considerar, que tendría que ser obviamente inferior al menor de los tiempos de resistencia de los materiales que limitan los itinerarios de evacuación, y contando también con que dichas vías de evacuación cumplen con las condiciones mínimas de protección contra humos y sustancias tóxicas inhalables, tomándose como medida preventiva aminorar en la medida de lo posible el tiempo total de exposición de las personas evacuadas. En caso necesario se pueden suministrar mascarillas faciales de protección de ojos y
vías respiratorias, teniendo en cuenta que su uso debe quedar restringido a exposiciones cortas y concentraciones ambientales de humos y gases muy bajas.

Este tiempo total de evacuación depende del número de salidas del edificio o recinto a evacuar. Se considera que los ocupantes asignados a una salida deben poder traspasarla en un tiempo máximo de 2.5 minutos.


Bibliografía


(1) MINISTERIO DEL INTERIOROrden de 29 de noviembre de 1984. Manual de Autoprotección. Guía para desarrollo del Plan de Emergencia contra incendios y de evacuación de locales y edificios. BB. OO. 26 febrero 1985, rect. 14 junio.
(2) MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS Y URBANISMO R.D. 2059/81, de 10 de abril, por el que se aprueba la Norma Básica de la Edificación NBE-CPI-81: Condiciones de protección contra incendios en los edificios. BB. OO. del 18 y 19 de septiembre de 1981.

(3) MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS Y URBANISMO R.D.279/1991, de 1 de marzo, por elque se aprueba la Norma Básica de la Edificación "NBE-CPI-91:
Condiciones de protección contra incendios en los edificios". B. O. E. nº 58 viernes 8 marzo 1991.


(4) MINISTERIO DE FOMENTO R.D. 2177/1996, de 4 de octubre, por el que se aprueba la Norma Básica de la Edificación "NBE-CPI-96: Condiciones de protección contra incendios de los edificios". B. O. E. nº 261 martes 29 octubre
1996.


(5) MARÍA JESÚS DIOS VIÉTEZ Norma de incendios NBE-CIP-91. Casos tipo en edificios de viviendas. Ediciones Universidad de Navarra,S.A. (EUNSA). Barañáin-Pamplona 1993.

martes, 23 de octubre de 2007

Una casa que funciona completamente con energía solar


Una casa que funciona completamente con energía solar
Posted: 22 Oct 2007 12:39 PM CDT
En el Solar Decathlon han presentado el diseño de una casa que es totalmente innovador. No sólo funciona por completo con energía solar, sino que tiene las paredes recubiertas de vegetación, paredes verdes.




La casa se llama LEAFhouse, y fue diseñada por estudiantes de la Universidad de Maryland, Estados Unidos. Ganó el segundo puesto en el Solar Decathlon. El nombre responde a su diseño verde, y también a la eficiencia de la naturaleza al utilizar cómo única fuente de energía a la proveniente de paneles solares.
La energía solar se usa para todo en la casa, incluso queda suficiente para alimentar algún coche electrico.
El Solar Decathlon es una competencia internacional que alienta a los estudiantes a diseñar casas que utilicen sólo energía solar.
El diseño exclusivo de la LEAFhouse no sólo se quedó en la energía solar, sino en que tienen una cascada con un diseño y función que reduce la humedad y la necesidad de utilizar aparatos acondicionadores de aire, el sistema se llama liquid desiccant system.
La idea básica es utilizar un material llamado desiccant, un tipo de sal llamada cloruro de calcio, que absorve el agua directamente del aire, sin toda la maquinaria complicada y los requerimientos energéticos como los típicos acondicionadores de aire.
Este desiccant no sólo mantiene el ambiente seco, sino que lo deja fresco.

Vía ScienceDaly